Té dos any i mig i la llengua de drap; encara
no ha trepitjat l’escola, però sap a quina iaia demanar-li un caramelo i a quina demanar-li xerinola.
Sap que el tiet Pep li farà festes i que la tita
Vane jugarà con él a pelota. Sap que
a casa els yayos hi ha gazpacho i a casa els avis fricandó. A
la yaya li diu dame un beso, a l’altra iaia, fes-me un petó. I, de moment viu
feliç; sense que ningú li imposi res, perquè, si de vegades s’equivoca y pide chocolate a la iaia que no toca,
també sap que li’n donarà, perquè encara que tingui la llengua de drap, ningú no
li diu com ha de parlar!
diumenge, 4 de setembre del 2011
dimecres, 27 de juliol del 2011
22 y 4... Por mi yayo, por mi amigo
El tiempo me araña las
fotografías mentales, me deja retales de imágenes, trozos de cosas que una vez
fueron completas o que, simplemente, fueron. Se me escapan detalles, palabras,
gestos… Se me olvidan voces, sonrisas, besos…
Me quedan emociones…
penas, alegrías… sentimientos.
Hoy es inevitable
recordar. Hoy se fueron, dejándonos con la esperanza de un futuro reencuentro.
Hoy es inevitable sentir; una mezcla de emociones difíciles de contener. Hoy es
inevitable sonreír porque estuvieron, hoy es inevitable llorar porque
marcharon.
Me quiero quedar con lo
bueno. Con las sonrisas, con los besos, con las caricias, con los gestos… pero
no los recuerdo. Sólo siento… me quedo con los sentimientos. Me quedo con la
alegría de los momentos compartidos, me
quedo con el amor de una mirada, con la ternura de una caricia, con la
tranquilidad que me daba una voz. Me quedo con los sentimientos de gestos que
no recuerdo, pero sé que algún día existieron.
Y no quería llorar, pero
lo estoy haciendo; e intento sonreír… por ellos, porque me gusta pensar que nos
miran, que nos cuidan. ¿Por qué… si ya no existen gestos, ni caricias, ni
besos… por qué siguen existiendo amor, ternura… sentimientos?
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